lunes, 12 de agosto de 2013

PAULITA CORTA 2 OREJAS A UN VICTORINO DE VUELTA AL RUEDO

Antonio Ferrera y un entonadísimo Diego Urdiales se fueron de vacío en la segunda corrida de feria.

El diestro aragonés Antonio Gaspar Paulita salió por la puerta grande ayer en la plaza de toros de Huesca, en la segunda corrida de abono de la Feria de la Albahaca, tras cortar las dos orejas al toro Paquetero, de la ganadería de Victorino Martín, un animal al que se distinguió con el arrastre lento póstumo.

El de Alagón, que había sorteado un barrabás destartalado, sin entrega, con la cara siempre por las nubes y reacio a tomar los vuelos de la muleta --sobre todo por lado izquierdo--, se resarció con creces ante el que cerró plaza, un toro prototípico del Victorino del siglo XXI.
Paulita saliendo a hombros de la Plaza de Toros de Huesca.
(Foto: Julián López - suertematador.com)
Sus hechuras estilizadas, el hocico de rata, su abierta encornadura y su seriedad sin estridencias eran el envoltorio. El contenido que Paulita supo hacer aflorar a pesar de un puyazo excesivo, fue un viaje muy humillado y suavón, la repetición sin tregua, la respuesta inmediata a los toques. La clave pues no era que Paulita estuviera por encima del toro sino hacer creer al toro que podía llegar a igualarse, que podía ganar la pelea.
Y el toro, a pesar de un cierto encimismo del torero, que le dejaba pocos espacios, sacó su calidad. Y llegaron los pases largos y despaciosos, la mano baja, la cadencia y el abandono de un Paulita convertido ya en Paula, maduro, señor. Abran paso.
La estocada, entera aunque traserilla fue determinante para que el magnánimo presidente López se liara la manta a la cabeza pañueleando por lo azul.
URDIALES, MUY SÓLIDO Uno de los toros más exigentes de la corrida para los que lo quisieran ver fue el segundo. Muy tobillero de salida, fue capoteado por Urdiales haciendo ochos, enroscándose fugaz. Esa condición marcó una lidia técnicamente perfecta en la que la clave fue hacer un parón entre muletazo y muletazo para que toro no se orientara y buscara los pies (con intención de levantárselos del suelo) al torero. Faena prácticamente izquierdista en su totalidad que merece un notable. Eso también es torear aunque no se luzca.
En su otro, la cosa quedó en menos porque el toro acusó en demasía un segundo puyazo inconveniente. La cosa quedó en casi nada aunque Diego Urdiales dejó en Huesca su sello de torero cabal de pies a cabeza.
Otro de los grises, el primero, muy en el son del que cerró plaza, embistiendo siempre por abajo y repitiendo infatigablemente no se entendió con un Ferrera que no encontró la tecla. Y con el cuarto, un huracán de salida que se comía el capote empujando como los toros de verdad, se dio en pajarear en exceso eligiendo la periferia y cortando los muletazos a mitad las más de las veces. Nos quedó, eso sí, la grandeza de un subalterno capotero como ya no los hay, Roberto Bermejo, de cuyo molde ya no quedan réplicas. Sea por mucho tiempo.
FICHA DEL FESTEJO:
Segundo festejo de la Feria de San Lorenzo de Huesca.
Entrada: Más de media plaza.
Toros de Victorino Martín, desiguales en presentación y juego. El sexto, extraordinario, de nombre Paquetero, con el Nº.108 y de 480 kilos premiado con la vuelta al ruedo. 
Antonio Ferrera: Ovación y silencio. 
Diego Urdiales: Ovación y silencio. 
Luis Antonio Gaspar "Paulita": Silencio y dos orejas.

FUENTE: www.elperiodicodearagon.com
CRÓNICA: Carmelo Moya.

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